18.5.07

Adiestra

Existen dos formas básicas para escribir. Fuera de cualquier pretensión didáctica, digamos, sólo al efecto que justifica, al menos, este intento de escribir. La primera es ‘hablar’ directamente del objeto de interés, enunciarlo y describir sus características, como si fuéramos a hacer evidente el motivo de la exposición. Sería como llamar a ‘fulanito de tal’ por su nombre y apellido, recorrer su prontuario –o su curriculum– y sentarlo justo al centro, de nuestras palabras y del auditorio imaginario. La otra es lograr lo mismo, pero sin actually hacer lo mismo. No hay un momento formal donde se manifieste la necesidad de expresar algo, sólo surge. Tampoco hay presentaciones protocolares ni ceremonias solemnes que aclaren hacia donde apunta el objetivo de la ponencia, ni siquiera del hecho de ponerse a hablar de algo, sólo se abre la boca y se trazan múltiples garabatos que en la sumatoria, al final, digan lo que queremos sugerir, sin nombrarlo. Se da tb a la hora de dibujar sentimientos abstractos. ¿Cómo hacés que ese corazón roto implique de por sí la + desgarradora desolación? O no, que sea sólo hasta ahí… Veamos: no es tan difícil. Hay técnicas. Una sería un cartelito que en letras grandes lo diga directa//. La otra, q como en la escritura, cuesta xo tb se aprende, es ir manejando los significados, dándoselos uno mismo. Ojo! No es xa cualquiera. Xo tampoco tiene q ser xa q lo entienda sólo uno mismo. Se entiende?

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