Dolor

De reconocer lo inexplicable, llorar un rato y devolver la sonrisa que me estuve negando y no tomarlo todo tan trágicamente. Es todo parte de un proceso de crecimiento y como tal cuesta. Adolece quien está en medio de una crisis de identidad, quien piensa que es importante agradar a los demás pero no tanto como para sacrificar su amor propio, pero termina muchas veces renunciando lo último o cuestionándose la influencia que tienen los demás en nuestra vida. Es un sinfin, un laberíntico paseo por las sensaciones más vividas, pero no por conocerlas se hace menos terrible tener que volver a pasar por el subibaja emocional. En fin, no sé cuantas veces más me tiene que pasar para que aprenda; tampoco tengo mucha idea de lo que tengo que hacer para evitarlo. Ya llegará un día de definiciones. Y seré más feliz.