23.5.09

musica para mis oidos

Un día alguna persona se emocionaría en exceso por un sitio web que había descubierto desprevenidamente.
El día después, alguien en alguna parte del mundo escribiría una dirección de internet y al aviso de que se hallaba disponible, registraría el nombre para un nuevo blog.
Alguien se pondría entonces manos a la obra para darle vida a ese trozo de espacio virtual.
No tendría ninguno del todo claro que en cada transpaso en la cadena se crearía un nuevo espacio, referenciado a uno anterior, implicado en sí mismo con el exterior y desenvuelto de una primigenia idea en alguna involución interior.
No tendría ni la menor.

Ni si ni fa ni sol.

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