4.4.08

Señas particulares

Escribo bien; desordenada, inocente, despreocupadamente.
Me hago cargo de nimiedades y reniego de las más serias.
Yo escribo: a quien quiera escuchar, aunque sea para seguir el murmullo que dormita y abreva monotonías; escribo porque las palabras liberan a las ideas encadenadas por la cadencia de los días y sus sobreexposiciones.
Al que quiera entender: la luna, moneda de plata; mis días, pesares de noche.
Escribo por descarte: porque no sé dibujar y no soy un as de la fotografía.
Escribo historias porque ya fue.
Cuento mis cosas porque como baúl de recuerdos soy buena caja de resonancia.
No escribo lo que no siento.
Siento no escribir todo lo que quiero.
Escribo sin querer sólo por sentir la experiencia de exponerlo.
Expongo todo lo que quiero.
Siento y escribo.
Leo y disiento.
Por qué hacerlo, si no eleva el intento, por más inútil que resulte?
Para qué evitar los puntos de contacto?
Me acomodo, me culpo y me ocupo.
Me encargo y remedo.
Yo escucho. Yo interpreto.
Yo elijo: escribir, seguir yendo del centro de la nada al extremo de la completitud.
Escribo bien desordenada, inocente y despreocupadamente.

No hay comentarios.: