11.4.08

No sé si soñé o miré para adentro.
Y me encontré con el rabillo de tus ojos, negros profundos puros;
perdidos, buscando los míos.
Cansados, apesadumbrados,
-qué lindo sueño y qué lindos ojos.
Había muchos niñitos en ese sueño,
era un placer y un tormento...
cada vez que caían, pesadas, esas persianas
separaban, una vez más, tu mundo y el mío.

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