22.2.07

Zanco

Zarpó con 1/2 hora de retraso el Gran Buque del Zar. Cargado de especias, esencias, fragancias y fibras tejidas, mantos de sedas finas y piezas de frágil porcelana, retomó el viaje de su hoja de ruta zigzagueante. Zumbando arribó a la orilla de Zagreb, última parada antes del destino final. Allí los esperaba el azaroso pantano del Zorzal Azul. Ya llevaban zorros color ceniza, zebras americanas y pieles de zorrino. Faltaba aquél para completar el plan. Un grupo reducido bajó la borda para examinar el lugar. Final// se decidieron y cruzaron la jungla viva de malezas y alimañas, con palos y machetes; un explorador fue atacado por zánganos y pronto un zarpullido comenzó la abrazadora picazón. El resto lo convenció de que volviera solo a que lo curen; ellos volverían con la presa y podrían marcharse victoriosos. Siguió rumbo la expedición y otro de ellos vio con un rayo ciego de luz, una zada que fue lo último que vio. Quedaban 3. El más lanzado alcanzó a tomar la hoz que se le abalanzó, y los otros dos divisaron el haz penetrante del brillo en lo ojos del lapizlázuli; entonces ¡zaz! Lo azuzaron y lograron cazarlo vivo. Cuando llegaron, azúcares y zarcillos adoranaban su banquete. Con las pieles y tejidos zurcieron sus heridas. Con zozobra y sin falta, festejaron su regreso. Zalud!

No hay comentarios.: