29.1.07

Arnés

Desandando canales angostados, resquebrajados x el paso del tiempo y la fijación del sol, reposo a la vera relajada del desértico andén, que hace las veces de asfalto hirviente para la carrera de despegue de mis más caras remembranzas. Mi abuela paterna vivió hasta que el cáncer la consumió. Aquel sábado de mañana yo festejaba que mi prima llegara a visitarme, y mostrándole mis revistas de Barbie me comentó la novedad. No sé de qué manera se hizo, pero en el medio del velorio salimos todos los primos y correteábamos con nuestras bicicletas, jugando competencias de velocidad, temerarias pq era en medio de la vereda de la casa de sepelios. Era entendible, yo tenía 10 años y el más grande de los varones no tenía 13. Pero la falta se hizo presente cuando llevamos el cajón. Ahí ya no había forma de distraerme y fue tan grande la presión que sentía, que ade+ de no contener el llanto, aprisioné en la mano derecha los pedacitos de una galletita que no comí y así apretando fuerte mantuve el granulado hasta volver a mi casa. Ella era linda, coqueta, conversadora, graciosa, ávida de información, hábil para tejer, y a veces, mala si hacíamos macanas. Según Papá, me parezco a ella en muchas cosas. Y x lo q cuenta, ella era muy celosa. Espero no copiar lo malo.

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