29.12.06

Radio

Había un chiste muy absurdo q empezó a contar uno de mis hnos. cuando volvió de su viaje de egresados, q involcraba a 2 elefantes bañándose en el Nahuel Huapí y q terminaba con el inexplicable uso de –No, radio (?), a la manera de aquel cuento de la nena que acariciaba un gato y un nene le pregunta: -¿Araña?, y ella le contesta –No, gato. O aquella otra q tenía un pollito y se le acerca uno y le pregunta -¿Pica? Y la nena: -A ver… Bue, mi historia con los chistes es tan profícua como la q tengo con ese medio de difusión de ondas sonoras. Resulta q yo aprendí a tocar órgano electrónico bastante chica –con título por ese lado, dsp de 5, en 6º grado, con 11, ja!– y me acuerdo q cuando tenía 8, por el día del niño toqué El Reloj, de Luis Miguel, en una radio local, y le mandé saludos a mi prima x su cumple. Otra vez toqué en la tele local; y ya más grande, con la q había sido mi profe de danzas españolas –otro título x acá, a los 13– hacíamos –dijo el mosquito- un programa de gimnasia q salía 1/2 hora de L a V, y se llamaba “La Vida Sana”, ja, ja, ja. Tb bailé un fin de año, bah, pavadas no+, no se puede decir q tengo carrera hecha en el entretenimiento. Y dsp un día se me ocurrió tener un blog a modo de diario. Y sigo sin entender el chiste.

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