27.12.06

Andar

Última// me pasa seguido darme cuenta de muchas cosas, todas juntas. Como que no sólo superé los miedos de antaño, sino que ahora puedo jugar con ellos y eso me da pautas para seguir. Sigo sin entender nada, queda claro. Pero tb me hago a la idea de que la dimensión de ese ‘entender’ es tan grande que escapa a mi alcance. Entonces pienso que vale la pena intentar entender: las cosas, a la gente, lo que nos pasa y todo lo que gira alrededor. Pero me quedo con eso. De chica, mis padres jamás me levantaron la mano –y eso que recuerdo más de una buena ocasión, que pasaron con las otras–… Tuvo que venir de afuera. Y la impresión que me causó hizo que nunca más anduviera por esos riscos. Es que si te salvás de caer al precipicio, tampoco te resulta tan fácil liberarte de aquello que te retuvo en su momento. Y vas dando lugar, en tu caminar, a nuevos pasos, en una coreografía que se empieza a escribir con cada sonrisa y la música de las alegrías descubiertas al sol, que baña todo con su luz y candor haciendo que el ciclo no se vuelva repetitivo. Antes bien, la constante imagen de un cambio positivo se patentiza y vuelve a andar.

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