21.2.06

Sombras

Un hilo de luz asoma tímidamente entre la ventana. Es hora de levantarse. Tiempo de conocer nuevos caminos y de redescubrir los ya conocidos. Cómo una mirada desata una fantasía, cómo esa ilusión sigue evolucionando, y de nuevo, qué tonta soy, por qué me limito a mi misma de esta forma, por qué no me animo a salir del molde... Todavía tengo mucho que aprender. A encauzar mis deseos, desde los más profundos y acalorados hasta los casi superficiales e inocuos. Se podría decir que tengo mucha energía acumulada en ese sentido, y se hace necesario canalizarla por otros medios, porque el sueño (de día y de noche), la imaginación, y su par más racional, el pensamiento, ya me tienen cansada con sus constantes manifestaciones de necesidad de afecto. No basta con el amor propio parece.

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