12.2.06

10

No es un número redondo. Pueden haber circunstancias que lo hagan valer distinto, o exactamente lo que significa. Pero un número no dibuja una sonrisa en mi cara. No determina que mis aptitudes se hubieran desarrollado a su máxima expresión, ni que un 6 no representaría, quizás, mejor mi situación. De lo que sí tengo certeza, es que el salto cualitativo entre dichas cifras es inmensamente mayor a su similar proporción cuantitativa. Y en ese margen tan amplio es donde una acepta la calificación, y la toma como un desafío, como el primer peldaño en la siguiente escala, a la forma de un crecimiento exponencial, de una auto-superación constante y puede, aunque sea por un momento esporádico, disfrutar el logro, sin olvidar que los laureles no son sino para los tontos y perezosos, que se recuestan en un 10. O en un 6.

No hay comentarios.: