Digamos que la infancia es ese estadío de la vida, que comparado a la adulta, se asemeja a un preludio del sueño, donde cualquier sinsentido tiene todo el sustento y factibilidad.

Cuando era pequeña, pensaba que a los 12 se adquiría la mayoría de edad.

Hoy, casi doblando esa apuesta, me doy cuenta la falsa apreciación del mundo que tenía en ese momento.

Pero tampoco creo ahora que pasada esa edad me convertiría de un salto en un robo-transformer gigante y capaz de destruir varias casas de un paso.

Digamos que a los 6, 7, esa era mi idea de mayoría de edad, y se cumplía a los 12.

Las amigas imaginarias, otro capítulo de la tierna edad.

Gaby era la porteña, y dsp estaba mi primita (pero esta última sólo para hacerle creer a la vecinita que N vivía en el techo de mi casa... jijiji)

Toda mi vida fui una contorsionista de las etapas de la vida, ahora que me doy cuenta.