El Maleficio de la Duda
Cuando era más chica quería con la misma intensidad que hacía. Lo que tenía que dejar de lado no me inquietaba y me cambiaba sin más. El hecho de haber tenido siempre otras posibilidades, por supuesto que me exigía más; pero tampoco lo usaba como obstáculo y antes bien los salteaba para estar bien con todos... más vale que me podía molestar que no me valoraran lo suficiente, pero el equilibro era eso que estaba entre los otros y yo, de modo de no alterar mi tranquilidad en pos de buscar el pelo en la leche ajena. No en un punto intermedio, sino de mi lado.
Hoy, no estoy tan segura.
Me suceden algunas cosas que no estoy sabiendo manejar. Me dejo llevar por esas posibilidades, y les permito actuar en mi contra. Cómo puedo ser tan despiadada? Necesito otras y me ahogo en mis deseos, mis palabras expansivas y mis ideas en decadencia.
Elijo mal.
Directamente, dejan de haber consecuencias, porque no hay actuar previsible. Es martirizarme por mil situaciones, que ni las creé ni las sostuve.
Puedo atinar a conformarme porque a la noche me deshago en agradecimientos; pero pierden sentido las condiciones cuando todo vuelve a caer.
Se derrumban mis creencias y se desploman mis esperanzas.
El hecho objetivo de haberlo tramado, aun inconsciente//, para destruirme.
Letra por letra y emoción tras emoción. Sino era sublime no tenía razón de ser. Quisiera poder entender; es así porque no podría ser de otra manera.
Y es como que nunca pasa nada, xq no pasó ni va a pasar... No aprendo a dividirme entre mis dudas, menos voy a poder agregar un factor a la ecuación.
Me cruza un escalofrío por la frente.
Detrás lo que viví y delante, lo q vendrá.
Nunca, pero nunca, pensé que podría lastimarme tanto... por seguir dudando. Que estoy realmente cargada.
María.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario