30.7.07

Llaga

Llegué a la conclusión que, para saber quién sos,












hay que preguntarte cuánto sabés de mí.

29.7.07

Todo Vale

Encontré a mi alma mater.

Vieron el blog de Vale?

www.valeriaschapira.spaces.live.com









No se pasen y vuelvan, eh?

26.7.07

Lean

Encaré para la boletería: "Una para Match Point, cerca del fondo, en la punta y sin nadie al lado". La mirada azorada de la vendedora, me puso frente al espejo de los peores vicios de mis cien años de soledad. "Bueno, no me mires así --susurré-- es que no me gusta que me mastiquen pochoclo en la oreja". Sin decir agua va, retiré mi entrada, enfilé para el candy bar y compré el popcorn "mais grande do mundo". Como perro con dos colas, me despanzurré en mi butaca ermitaña y me sumergí en Match Point. El mundo se detuvo por un par de horas.

El show del boludo es el espectáculo más popular. Aquí, en el subte y en la China, aunque allá los boludos tengan otro nombre más difícil de pronunciar.

Estuve a un tris de interrumpir la charla y pedirles que -por amor a Dios- tomaran conciencia de la inconsciencia que estaban por cometer. Conciencia de que "hasta que la muerte los separe" es apenas un hermoso slogan...

Prefiero un recuerdo mágico a una reedición decepcionante.

Las tardes de domingo son mi obsesión. Ya entiendo por qué aumentan los suicidios en los días de guardar, que no son otra cosa que días de sinsentido.

Falta una semana para el Día del Amigo y ya estoy hasta los ovarios. No sólo por la catarata de publicidad de bares, restaurantes y fondas diversas, sino por los amigotes que empezaron a salir de debajo de las napas, cual invasión de Tortugas Ninja.

Había cuatro parejas -todos demasiado encantadores para mi gusto-, un puñado de niños que correteaban y pegaban alaridos viscerales y una treintañera sola y desubicada: yo.

Hoy es San Valentín, el Día de los Enamorados, y como dicen en España, "a mí me la suda". Hoy, San Valentín, la estupidez y la cursilería invaden el planeta. La fecha también viene de perlas para enrostrarme que estoy sola. [...] no entiendo por qué cuernos festejamos cosas importadas. Los fantasmas de Halloween también me la sudan. Al igual que Papá Noel con sus ciervos cornudos transpirando en nuestros tórridos veranitos.



Cómpren:
Monólogo de una mina sola, Valeria Schapira, 1era Edición. Colección sin(b)ergüenza, Ediciones. B, grupo Z, 2007. "Un libro que desafía a la desesperanza y a la monotonía"

No sé demostrarlo con la suficiencia que desarrolla esta mina en su obra, pero si les gusta ensimissmundo, tienen que leerla. Y después me cuentan.
O a ella.

Es como un referente para este blog, ya.

24.7.07

Hoy vinieron a mí, sin que demande el mínimo esfuerzo traerlos a la memoria, los colores de la semana, especie de paleta cronológica, que un buen día decidí fijar para la posteridad.
Este era el orden dado:

  • Lunes: rojo
  • Martes: anaranjado
  • Miércoles: celeste
  • Jueves: verde fuerte
  • Viernes: verde claro
  • Sábado: marrón
  • Domingo: negro.

No sé de dónde lo sacaba; cuando me preguntaban sólo decía: así los veo yo. Y eran esos días y esos colores, inintercambiables.

Yo hacía ese tipo de cosas antes, en la misma época que jugaba que hacía entrevistas de televisión (yo entrevistaba) y conducía leyendo las cartas de los televidentes (que hacía yo misma); que fanática de Jugate Conmigo, planeamos mi cumple de 10 como un progama con los juegos y las preguntas, los sánguches con forma de mancha y final con playback de los temas de los cantantes de turno de ídem; y que mentía desaforada y descaradamente.

Pero hoy, leyendo un pasaje de un libro que está buenísimo y que voy a terminar de devorar antes que me de cuenta, en una parte donde la autora/protagonista del diario dentro del libro (Monólogo de una mina sola, Valeria Schapira, recomendado altamente para horas de sana y divertida lectura), llamada Sol, hace como una comparación de lo que su nombre significa y lo contrasta con el aburrimiento de un día domingo, dije claro: Domingo.
Y así, de forma increíblemente natural pensé: un día negro.

22.7.07

I've got issues.












De otra manera no se entiende cómo todavía me gustaría que fueras vos.

Estuvo bueno nomas el final del librito ese.

21.7.07

LITTLE FURRY ANIMALS!

O algo así

(Con algunas modificaciones)
--no estoy tan loca----


Estoy leyendo unos libros de P. Coelho que algún iluminado compró y descuidadamente dejó en mi casa.
Ya había leído el Alquimista; en etapas, como todo lo que yo empiezo alguna vez, pero termino después.

Ahora empecé la Bruja de Portobelo...

Y obviamente lo dejé para después.

Pero me atrapó, al punto de empezar a leerlo hoy a la siesta, y seguramente ir corriendo ahora mismo a terminarlo, un libro hermoso (dentro de la serie de los libros de este tipo) que se llama: A orillas del Río Piedra me senté y lloré (No margen do Rio Pedra eu sentei e chorei).

Son tan (no se ponerlo en palabras) pero onda que son todos iguales.
Como [una frase ] de A orillas...: "[Todas] las historias de amor son iguales".

Está buena.

Y tiene que ya sé que no va a terminar del todo a mi agrado, pero bueno, igual con todo lo que tiene en contra (la mejor palabra sería cliché: encuentran un 'nicho', si puede aplicarse ese término a la escritura, un campo que da exito, o no sé por qué razón la gente los sigue, y se quedan ahí...) pero igual está buena.

Pero bueno, no lo voy a criticar yo... Que escribí una historia para participar de un concurso de "Cuentos Breves" y no lo mandé. Jejeje.

Que terrible que soy.

Proximamente, en ensimissmundo.
La historia de Amanda, que no vio la luz... y definitivamente lo único que va a ver es el flash momentáneo de éxito a través de este blog.
Jajaja.
Amanda me debe la vida. Y la muerte.

Creo que eso es un poco la explicación (de un poco) todo lo que a mí concierne:

Muy apasionada (también tengo el extremo, ojo).

Siempre pensé que podía ser Bipolar (es una enfermedad, ojo).

Y hoy me sentí muy mal, muy mal, muy mal, lloré e incluso hice lo de siempre: me aislé, me cerré y toda la parafernalia.

Y dsp de lo más normal.

Tenía el libro de Coelho... Que en un pasaje dice así:

"El amor se descubre mediante la práctica de amar".



Será muy usado, será lo que vos quieras.
Pero yo me salvo todos los días un poquito, dándoles a esas cosas el valor que me surge darles. Y que me termina ayudando.


Qué ridícula.

No termino más el post.

Bueno, chau.

locoloco

El bloglines está loco con mi feed...

A menos que alguien más se haya puesto a actualizar mi blog, no veo porqué aparecen 8 items nuevos (que son los mismos ya publicados, como si le hubiera dado publicar nuevamente).

Qué pavadas que hace bloglines...


































Yo estoy bastante podrida de los aspectos prácticos.
Resulta que me enamoro muy fácil...
Pero me cuesta "desenamorarme"...
.... que dilema....

19.7.07

Yo a vos te doy toda la vida.












..... como quedó eso.........

18.7.07

"La pelea entraña fascinación... Claro; porque si no hay fascinación, para qué me voy a pelear..."

M. Kohan
Escritor

Escuchado hoy en una entrevista de la tele.
Resuena y persiste.
Aún.

ESTA MUY BUEEEENOOOO!!!!


http://www.saludaunamigo.com/saludo/?v=07682916726786943445796832706917494



GRACIAS POR LO DE DESPAMPANANTE!


(FUI YO NOMAS... JEJE)

17.7.07

500

MY MUSICAL EARRING......





....... ROCKS BEAUTIFULLY!
500 ENTRADAS
exiTooooooooo TOTAL!!
eXTA- SÍ ........... .......ES!
=
OTRO LOGRO
SALIDO DE ENSIMISSMUNDO

16.7.07





Motocicletas, vacaciones, invierno...

14.7.07

Livro

On The Road (Pé na Estrada)/
Tradução, introdução e posfácio de Eduardo Bueno/
L & PM POCKET, 2004

Parte Um, ap. 2

Eu tinha ficado delirando em cima de mapas dos Estados Unidos durante meses, em Paterson, e até lendo livros sobre os pioneiros e saboreando nomes instigantes como Platte e Cimarron e tudo mais, e no mapa rodoviário havia uma longa linha vermelha chamada Rota 6 que conduzia da ponta do cabo Cod direto a Ely, Nevada, e daí mergulhava em direção a Los Angeles. Simplesmente vou ficar na 6 o tempo inteiro até Ely, disse a mim mesmo e confiantemente dei a partida. Para pegar a Rota 6, eu deveria subir até Bear Mountain. Sonhando com as curtições de Chicago, Denver e finalmente de San Fran, peguei o metrô da Sétima Avenida até o fim da linha na rua 242 e lá tomei o trólebus para Yonkers; do centro de Yonkers um novo trólebus me conduziu até os limites da cidade, na margem leste do rio Hudson. Se você jogar uma rosa no rio Hudson, em sua misteriosa nascente nas Adirondacks, imagine todos os lugares pelos quais ela viajará antes de desaparecer no mar para sempre -pense no sublime vale do Hudson! Meu polegar apontava montanha acima. Cinco caronas esparsas me conduziram à ambicionada ponte de Bear Mountain, onde a Rota 6 penetra em curva depois de deixar a Nova Inglaterra. Começou a chover torrencialmente assim que fui deixado ali. Era uma zona montanhosa. Atravessando o rio, a Rota 6 fazia um enorme retorno e desaparecia na imensidão. Não só não havia nenhum tráfego como também chovia a cântaros e eu não tinha onde me abrigar. Tive que correr para baixo de alguns pinheiros para me cobrir, o que não chegou a ser uma idéia genial; comecei a chorar e a praguejar e a esmurrar a própria cabeça por ser tão estúpido. Estava a uns sessenta quilômetros ao norte de Nova York e, durante todo o caminho, já estava cismado com o fato de, nesse meu primeiro grande dia, estar avançando apenas para o norte em vez de seguir para o Oeste dos meus sonhos. Agora, ali estava eu empacado justamente no limite mais setentrional dessa jornada obsessiva. Corri uns quinhentos metros até um posto de gasolina abandonado, construído num elegante estilo inglês, e parei debaixo de um telhado gotejante. Muito acima de minha cabeça a hirsuta e imponente Bear Mountain enviava os trovões que gelavam minha alma. Tudo o que eu podia distinguir eram árvores nebulosas e a desolada vastidão elevando-se aos céus. "Que merda estou fazendo aqui em cima?", xinguei, implorando por Chicago. "Agora mesmo estão todos lá numa boa, curtindo isso e aquilo, e eu aqui, quando é que vou chegar lá?" -essas coisas. Finalmente um carro parou no posto abandonado; o homem e duas mulheres que estavan nele queriam consultar um mapa. Aproximei-me no ato e gesticulei na chuva; eles se questionaram; claro que eu parecia um maníaco, com meu cabelo todo molhado e os sapatos encharcados. Meus sapatos, que perfeito idiota eu sou, eram umas alpargatas mexicanas de corda trançada, absolutamente impróprias para a cruel noite chuvosa da América, para a noite voraz da estrada. Mas eles me deixaram entrar e me levaram de volta para Newburgh, o que aceitei como uma alternativa melhor do que ficar a noite inteira preso na desoladora Bear Mountain. "Além disso", disse o homem, "praticamente não há tráfego pela 6. Se você realmente quer ir para Chicago, seria melhor sair pelo túnel Holland em Nova York e seguir em direção a Pittsburgh", e eu sabia que ele estava certo. Era meu sonho se ferrando, a idéia idiota de que seria simplesmente maravilhoso seguir uma única e grande lihna vermelha através da América, em vez de tentar várias estradas e rotas.
Em Newburgh tinha prarado de chover. Caminhei até o rio, e tive que voltar para Nova York num ônibus junto com uma delegação de professores primários que retornavan de um fim de semana nas montanhas -todo aquele papo furado, blá, blá, blá, e eu simplesmente puto comigo mesmo, lamentando todo o dinheiro que tinha gasto e louco para pegar o rumo do Oeste, o que, na verdade, tinha tentado fazer durante o dia e a noite inteira, indo para cima e para baixo, para o norte e para o sul, como uma coisa que não engrena. Jurei que estaria amanhã em Chicago, e pra não deixar dúvidas decidi pegar um ônibus até Chicago, gastando quase todo o meu dinheiro, mas eu estava poco me lixando, contanto que estivesse em Chicago amanhã.




De uno de nuestros viajes, este librito de bolsillo sirvió para conectar más de tres generaciones. "La Bíblia de la generación beat" reza la contratapa, en portugués obviamente.
Me da vergüenza admitirlo, pero hasta este pasaje había alcanzado a leerlo, después se lo dejé a papá, y ahora con suerte lo retome, con más tiempo por delante.

Jack Kerouac, quien escribía en 'papel de telégrafo' (imagino que contínuo), porque cualquier otro 'formato' estructuraba las ideas y el pensamiento, según repetía un escritor frustrado en una de las últimas pelis que enganché pero no terminé de ver porque no me enganchó lo suficiente a mí.

Lo que sí leí fue el prefacio, che.

13.7.07

Aunque

A decir verdad, la causa principal del problema, que no implica a nadie más que a mí misma, es haber querido hacer algo en mis términos y después no poder sostenerlo.
Onda, así es fácil: tenés un blog porque escribis cuatro pavadas en el transcurso de 1 año.
No creo que haya alcanzado ningún objetivo por ese lado.

Pero sí me sirvió para dar vida a ciertos aspectos de mi sobrevolada imaginación.

Lo más importante: Nunca más voy a juzgar algo de afuera.

Onda: ni a criticar a éste porque no escribió más en su blog, ni aquél porque lo cerró por no sé que motivos.

Si así no aprendo, no sé cómo...

Cuesta

Tomar distancia.

Sobre todo si es tan intangible.

Este blog, por ejemplo.

Y más aún si por dentro sentís que antes que alejar, es de esas que unen.

Mi vida en los últimos 10 años se vio acelerada, y siempre lo manejé dentro de mis posibilidades y zafé, finalmente, porque yo soy la mejor jueza para decirlo.

Siempre desbordada, siempre superada.

Y ahora sufro las consecuencias. Como que de un tiempo acá, todo me cuesta más.

Pero sin apartarme que ya es algo natural para mí.

No lo vivo como una pérdida. Sino como lo que indefectiblemente tiene que pasar.

Y en un post anterior escribía acerca de reflejarte en el otro y todo eso, porque me dí cuenta que ese fue el motor inicial para empezar a escribir.

Y también pude atesorar, en este crecimiento que me llevó tiempo de vida y me devolvió en experiencia, que nada que no cause placer puede ser mantenido por el simple hecho de que así debe ser.

No hay imperativos. Tampoco pude definitivamente cortar esta vía de desahogo jamás, ni lo voy a poder hacer.

No, al menos, por una actitud activa (valga la redundancia). Positiva, de mi parte.

Quiero decir, soy una total desorganizada, dejo que las cosas me manejen y encima después me quejo por eso.

Por lo que siempre me estoy refiriendo al destino, un poco en forma amarga porque ya lo conozco, y otro poco aceptándolo porque de otra manera, estaría frita.

Me voy a comer.

Podrá ser que después no me sienta tan vacía.

12.7.07

ME di cuenta que estoy tan bien que busco cosas para bajonearme.

11.7.07

La amistad cura

Por Daniel Goleman

Un querido amigo estuvo luchando contra el cáncer y consiguió vivir más de una década, en condiciones dignas, a pesar de los graves pronósticos que le auguraban apenas seis meses de vida.
Mi amigo era ese tipo de profesor que sus estudiantes recuerdan con cariño: no sólo los inspiraba durante la clase, sino que además se preocupaba genuinamente por ellos, por sus estudios, su progreso en la vida, sus miedos y esperanzas. Un amplio círculo de ex estudiantes se contaba entre sus mejores amigos. El y su mujer siempre le daban la bienvenida en su hogar a una corriente constante de visitantes.
A pesar de que nadie pudo probarlo nunca, sospecho que uno de los muchos ingredientes que contribuyeron a su longevidad fue ese flujo de gente que lo quería.

Investigaciones en el campo de las conexiones entre las relaciones afectivas y la salud física establecieron que la gente con una rica red de amistades personales –gente que está casada, que posee una buena relación con su familia y amigos, que tiene participación activa en grupos sociales y religiosos– se recupera más rápidamente de las enfermedades y vive más. Pero ahora el emergente campo de las neurociencias sociales, que estudian cómo actúa el cerebro de las personas cuando éste interactúa con otros, agrega a esta información una pieza que estaba faltando.

El descubrimiento más importante fue el hallazgo de “neuronas espejo”, una clase de células cerebrales ampliamente dispersas que operan como “redes neuronales inalámbricas”. Las
neuronas espejo rastrean el flujo emocional, el movimiento e incluso las intenciones de la persona con la que estamos, y reeditan en nuestro propio cerebro el estado detectado, al alborotar en él las mismas áreas que están activas en el de la otra persona.

Contagio emocional

Las neuronas espejo ofrecen un mecanismo neuronal que explica el contagio emocional, esto es, la
tendencia de una persona a adoptar los sentimientos de otra, particularmente cuando éstos se expresan de manera vehemente. Esta conexión de cerebro a cerebro también puede funcionar respecto de los sentimientos de compenetración que, según los descubrimientos de investigaciones, dependen en parte de sincronizaciones extremadamente veloces de la postura, el ritmo vocal y los
movimientos de las personas mientras éstas interactúan.
En resumen, estas células cerebrales parecen permitir la orquestación interpersonal de cambios
fisiológicos.

Semejante coordinación de emociones, reacciones cardiovasculares o estados cerebrales entre dos personas ha sido estudiado en madres con niños, en matrimonios e incluso entre gente que se reúne.
Al revisar décadas de este tipo de información, Lisa M. Diamond y Lisa G. Aspinwall, psicólogas de la Universidad de Utah, ofrecen el término “unidad de regulación psicobiológica mutua” para describir la fusión de dos psicologías discretas en un circuito conectado. Hasta el momento en que esto ocurre, afirman Diamond y Aspinwall, la cercanía emocional permite a la biología de una persona influir en la de otra.

[…] Mi amigo llegó a un punto en que los doctores ya no saben qué más probar. En mi última visita, él y su mujer me dijeron que entraría en una residencia para enfermos terminales.
Uno de los desafíos, me comentó, sería canalizar el río de personas que quieren visitarlo en el pequeño espacio horario de una semana en el que él todavía tiene energía para verlos.
Cuando dijo esto, sentí que me desgarraba por dentro, y le respondí: “Sabes, al menos es mejor tener ese problema. Hay tanta gente que atraviesa esto sola”.
El guardó silencio durante un momento, pensativo. Luego me contestó suavemente: “Tienes razón”.

Comments on commentaries

1.7.07

Disclaim


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